Orilla intranquila en La ventana secreta

Me quedo con la primera frase de esta reseña que han hecho en La ventana secreta:

Después de leer  las dos primeras novelas de Víctor Blázquez, “El Cuarto Jinete” y “El Cuarto Jinete: Armagedón” , pensé que este autor había nacido para escribir zombis, ya que la calidad que desprenden es muy difícil de superar (y eso que aún no he leído “El Cuarto Jinete: Destrucción Masiva”. Pero leyendo “Orilla Intranquila” me ha demostrado que puede escribir lo que le venga en gana.
Una historia en que el mayor protagonista es la venganza, el odio, la superviviencia y sobretodo un hombre: Xander.
Promovido por la venganza, la ira, el odio y la supervivencia, vemos como un don nadie se convierte en el mayor líder para defender la tierra de esos invasores.
Veremos por momentos como Xander pierde un poco la cabeza y no mira por el bien futuro, sino que simplemente se guía por sus instintos y por la venganza, sobretodo venganza.
Cuando te arrebatan lo que más quieres, en ese momento, posiblemente sientes que te han arrebatado una parte tuya y es por eso que no eres capaz ni de reaccionar. Eso es exactamente lo que le pasa a Xander, pero solo al principio.  En un momento fundamental de esta historia veremos como el protagonista cambia radicalmente su actitud y se convierte en el  héroe y mito que todo el mundo acabará alabando, prácticamente como su nuevo Dios.
La numeración de los capítulos me parece sublime, ya que empezaremos por el  XXX y terminaremos en el 0, en una cuenta regresiva que nos tendrá en constante tensión sabiendo que poco a poco estamos llegando al final de la novela.
Una novela de lectura muy fácil, muy amena y de poca duración, aunque para mi no es un defecto sino toda una virtud. La historia cuenta todo lo que tiene que contar, sin nada de relleno o paja.
Con un perfecto narrador en tercera persona que directamente nos va contando todo lo que ha pasado y consigue que estemos totalmente concentrados en la lectura de dicha historia.
También dar la enhorabuena a Ivan Ru-so por la genial portada que realizó.
 Para finalizar os daré un consejo, no solo para esta novela, también para las demás de Víctor Blázquez. No os encariñéis con ningún personaje, ya que George R.R.Martín al lado de Víctor es una cenicienta en este sentido.
Así que, a todos los que os guste la Ciencia Ficción, ya sea en series, películas, comics o libros, esta novela es totalmente recomendada y no puede faltar en vuestra colección.

Ignota

Inmenso honor poder participar en la antología que acaba de sacar Palabras de agua, Ignota, en la que comparto cartel con autores nacionales e internacionales. Además, lo hago con un relato que… bueno, probablemente sea un descenso al infierno.

Bienvenido a Ignota. Un mundo en el que las pesadillas toman forma más allá del umbral del papel y se hacen realidad ante tus ojos. Sumérgete en los doce cuentos que componen nuestra selección para descubrir la mejor muestra de literatura de terror contemporánea. Una antología de autores nacionales e internacionales que te mostrará el lado más lóbrego del ser humano y hasta dónde puede llegar la locura de sus actos.

Lisa Tuttle, Ian Watson, Fernando Cámara, Lauren Beukes, David Mateo, Samantha Lee, Isabel Camblor, Víctor Blázquez, Francisco Miguel Espinosa, Ángel Luis Sucasas, Yago Pena Alonso y Pedro de Paz te guiarán por las sendas más tenebrosas del miedo.

Una colección de relatos que no te dejará indiferente.

Frikis Reconocidos reseñan Destrucción Masiva

Así es, amigos, en Frikis reconocidos han reseñado ya las otras dos novelas de la saga y no podían faltar a este último empujón. Y parece que les ha encantado. Y lo han pasado mal. Y bien. Todo al mismo tiempo y entremezclado. He aquí sus palabras:

5/5

Se acerca el final del camino, frikis míos, un camino de cerebros y miembros cercenados, restos en podredumbre repletos de gusanos y moscas; sí, parece un camino macabro pero la vida es macabra en sí misma… y si hay zombies, pues más.

Si nos sentamos con Destrucción Masiva entre las manos en el sofá y miramos su portada con tranquilidad, escucharemos unos pasos. Al abrir el libro y comenzar a leer sentiremos una mano en nuestro hombro y, al girarnos nos encontraremos a un hombre a nuestro lado sonriendo. Una sonrisa perturbadora, inquietante; ese tipo de gesto de quien sabe que vas a sufrir. Es Víctor Blázquez y nos tiende una mano mientras nos susurra, casi al oído:

Ven, acompáñame. Este es el final del camino. Te llevaré de viaje, desde Portland hasta Half Moon Bay. Pero no será un viaje agradable; es posible que te salpiquen el barro y la sangre. Esto es la guerra. Más allá del apocalipsis.

Prepárate para la Destrucción Masiva.

Yo, personalmente, obediente le acompañé. Ya había vivido aquél fatídico día donde El Cuarto Jinete, un virus devastador que “resucitaba” a los muertos, se extendió por Castle Hill. Acompañé a los supervivientes hasta Los Ángeles y huí de la ciudad de las estrellas tras el nuevo brote. Llegué con Patrick, Verónica, Mark, Paula, Brad Blueman, Stan y Ozzy  tras perder a mucha gente en el camino a merced de los no-muertos a aquella urbanización cercana a Half Moon Bay llamada San Mateo, donde conocimos a personas maravillosas como Ace y a otros tan jodidamente asquerosos como Tom y Neil Ridgewick. Sobreviví a duras penas y dejé mi testimonio en esta web para constatar el caos que había provocado El Cuarto Jinete:

– Reseña de El Cuarto Jinete.

– Reseña de El Cuarto Jinete: Amargedón.

Pasé hambre, lloré como un niño, amé y odié a partes iguales y, a pesar de evitar las dentelladas de los podridos a duras penas, quise volver, contemlar con mis propios ojos ese final tan esperado.

Portada-cuarto-jinete-3c¿Y qué me encontré? Más balas, más zombies, más personajes (tanto adorables como hijos de puta), más muertes, sangre y desolación. Más Víctor Blázquez, al fin y al cabo. En Destrucción Masiva, publicada por la editorial Dolmen, vuelve a embaucarnos y a guiarnos a través de una narración en segunda persona frenética, adictiva y mortal. Si una vez sentimos escalofríos pensando en ese Virus demoníaco, con esta tercera y ¿última? entrega lo volveremos a sentir. Sentiremos mucho, frikis míos, más de lo que en ocasiones querremos sentir.

Porque busca hacernos sufrir, no hay dudas. En sus casi 550 páginas, Blázquez vuelve a meternos prisa en el cuerpo y a no dejarnos respirar (joder, y yo con asma). Incluso en los capítulos más “aburridos” estamos en tensión porque, en el fondo de nuestro alma, sabemos que algo va a salir mal, muy mal. Y lo peor es que tendremos razón.

El caso es que en esta ocasión (porque tendré que hablaros un poco de la historia, ¿no?) nos montamos en un particular Delórean y viajamos al pasado, lo justo para visitar Portland el mismísimo día en el que el Cuarto Jinete, un virus muy trafullero él, llega a sus calles y no hay ningún Grimm para intentar frenarlo. Aquí conoceremos a unas cuantas personas que intentarán sobrevivir: Kat, Kim, Chelsea, un vendedor de comida ambulante llamado Zoran, un policía un tanto corrupto llamado John Vernon, a Dexter y su hermana y a la adorable pareja de Jorge y Cindy,  y otros tantos.  Seguiremos sus pasos, su vida y su muerte, durante aproximadamente unas 200 páginas antes de volver a saber qué ocurre en San Mateo, donde dejamos a viejos amigos bajo la dictadura del tiburón Tom Ridgewick y su sobrino…

Y creo que hasta aquí puedo leer. No me atrevo lo más mínimo a contaros nada más porque, quién sabe, quizá si lo hiciera os arrancaría de cuajo la emoción de leerlo por vosotros mismos, os destriparía como un zombie una trama que busca hacernos sufrir.

De nuevo me gustaría comentar la capacidad que este escritor sevillano, de depravado gusto por nuestro sufrimiento, de perfilar unos personajes de forma tan magistral, piezas de un gigantesco rompecabezas donde, hasta el más insignificante de ellos, hasta la muerte más rápida y absurda, tiene un papel de vital importancia en la narración. No sólo eso, queridos lectores, se no hace imposible no cogerle cariño a algunos (como a Chuck Bauer, Puck, Mark y Paula) e, igualmente imposible, no sentir verdadera repulsión por otros (como los Ridgewick). Incluso hacemos las paces con otros de los que hemos sentido verdadero asco. Tanto asco como daría ser testigo de cómo un grupo de estos zombies devora a una niña pequeña o a una feliz pareja. 

Y continuemos, porque esto no queda aquí: se las apaña, además, para sacarnos varias sonrisas a través de la historia, sea con historias tiernas o con sus ya habituales guiños al mundo del cine y de la televisión. Quiero destacar en concreto a Chuck Bauer (Sí, una mezcla entre Sons of Anarchy con Chuck Norris, Jack Bauer y un buenazo cualquiera) y un médico cuyo nombre no es otro que Dean Winchester (aunque su carácter es más como el de Sam). ¡Joder, si incluso nos saca el Impala negro de los hermanos Winchester en uno de los capítulos!

También tendremos otros momentos dignos de mención: algunos espantosos, como la locura que invade a los hombres ante la muerte, de todo aquello a lo que está dispuesto alguien por no morir, del egoísmo y la falta de escrúpulos. De la idiotez humana, así a grandes rasgos. Pero habrá también otros de tragedia griega. Se me encoge el alma al pensar en uno de ellos que, al leerlo, me costó mil horrores intentar mantener las lagrimillas a raya… y eso que soy un chico duro.

En fin, frikis míos, aquello que empezó hace dos años y que un servidor leyó por recomendación de una amiga (ella misma me dejó aquel primer Cuarto Jinete para que lo hiciera), llega a su fin…

…pero el Cuarto Jinete no descansa. Jamás.

Calles de tinta reseña Destrucción Masiva

En calles de tinta también han leído Destrucción Masiva:

Justo un año después de la segunda entrega de la saga «El Cuarto Jinete», Víctor Blázquez regresa una vez mas a las librerías con «Destrucción Masiva». Y digo una vez más porque en este último año desde «Armagedón» el autor sevillano apenas ha dejado de ver salir novedades literarias bajo su nombre, ya sea como titular («No existen los monstruos,», «Orilla Intranquila»…) o como participante («Leyendas Urbanas»…).

 
Ahora llega la tercera ¿y última? entrega de la saga con la que se dio a conocer hace ya más de dos años. A «Destrucción Masiva» se le puede aplicar alguno de los calificativos que teníamos para la anterior entrega. ¿Quieres más? Pues toma mucho más. Más zombies, más humanos cabrones, vengativos y, en algún caso, generosos y más decisiones difíciles. Y más muertes, por supuesto, porque en el amplio elenco de personajes que Víctor va moviendo por uno u otro lugar no hay lugar para personajes invencibles que siempre se salven a la última. Cualquier puede ser víctima con el más mínimo error de que su vida puede llegar a su fin, sea de la manera que sea, más o menos cruel.
 
En «Destrucción Masiva» volvemos atrás unos días, al momento en que la plaga zombie llega a Portland poco después de que Los Ángeles ya cayera bajo las riendas del Cuarto Jinete. En esta ciudad acompañaremos a un numeroso grupo de personas que intentan sobrevivir al comienzo de la expansión del virus a lo largo y ancho de la misma. Sin embargo, y aunque esta trama copa el primer tercio completo del libro, no olvidaremos a todos los conocidos que dejamos en Half Moon Bay al final de «Armagedón». Sus vidas siguen bajo el ferrero régimen de Tom Ridgewick, aunque pronto ocurrirán cosas…
 
Cosas que durante casi seiscientas páginas (similar a la anterior entrega, pero con tamaño de letra algo más pequeña) nos llevan poco a poco hasta un final que no decepciona en absoluto y que, porque no, podría dejar una puerta abierta a un conflicto que traspasase las fronteras de los Estados Unidos. Hasta aquí puedo contar sin más spoilers.
 
Solo podemos achacar a «Destrucción Masiva» la larga parte introductoria de Portland. Quien haya llegado a esta tercera entrega sabe que Víctor no va a utilizar estas casi doscientas páginas en vano, y que nos va a permitir conocer más en profundidad a los personajes que seguirán siendo protagonistas a lo largo de la novela (muchos perecen por el camino, pero mucho otros continúan su trayecto). Aun con ello, el camino hasta Half Moon Bay se hace por momentos algo largo, ya sea por diversos momentos en los que no parece haber apenas acción como sobre todo para los que quedamos con ganas de conocer como continuaba la vida por la pequeña zona residencial.
 
Víctor Blázquez firma el teórico fin de la trilogía «El Cuarto Jinete» con todos los ingredientes que nos vino mostrando en las entregas previas. A lomos de nuestro peculiar narrador, «Destrucción Masiva» incide sobre lo que los lectores esperaban: muchos personajes, mucha muerte y mucha velocidad que da lugar a pocos momentos de tregua y que no decepcionará a todos los seguidores de esta trilogía.

Destrucción Masiva bajo los ojos de Alcorze

Para el que aún no lo sepa, cuando Dolmen aún estaba valorando El cuarto jinete y la espera se me antojaba terriblemente larga, decidí pasarle la novela a un lector desconocido. Elegí a Alcorze porque solía meterme en su blog a leer sus críticas de libros y había cruzado alguna que otra palabra con él a través de un foro dedicado a Stephen King. Pero no le conocía de nada, en realidad. Su recepción de la novela fue bastante positiva, y contribuyó a calmar mis nervios.

Ahora, tres años después, ha catado el último volumen y le ha dedicado unas palabras.

Desde aquí, gracias por todo Emilio.

El cuarto jinete: Destrucción masiva. es la tercera y última parte de la saga de novelas de Victor Blázquez: El cuarto jinete y El cuarto jinete: Armagedon.

Lo cierto es que le tengo un especial cariño a estas novelas, y he pasado con ellas unos ratos increíbles. Creo que llevar a cabo una trilogía es una labor compleja desde el punto de vista del escritor, especialmente tras un primer título que ha sido un bombazo. Sin embargo Víctor Blázquez supo ofrecernos un buen segundo libro y un tercer libro que, en mi opinión, es el mejor de todos los que ha escrito hasta la fecha, especialmente en el aspecto narrativo.
 
Cuando vi las qunientas y pico  páginas que tenía el libro y una letra más bien me pequeña me llegué a asustar y pensé : ¿Pero qué demonios ha hecho Víctor?.  Pues nos vuelve a llevar al día en que comenzó la segunda epidemia, pero ubicándonos en Portland. A partir de ese momento nos encontramos con unas primeras cien páginas (más o menos) , que es de lo mejorcito de la novela en mi opinión, en la que Víctor explota uno de sus puntos fuertes como es la definición de personajes.
 
He disfrutado leyendo esas páginas en las que, con calma, pero con una precisión quirúrgica nos va a ir presentando a una buena parte de los protagonistas que nos acompañarán a lo largo de la novela. En las que, poco a poco, irá subiendo la tensión y el ritmo narrativo hasta llegar a una parte frenética y trepidante cuando estalle la infección.
 
Estos nuevos personajes como Chuck, Kim, Chelsea o John Vernnon no significa que no volvamos a nuestros viejos amigos refugiados en Half Moon Bay y sus acuciantes problemas. Podremos disfrutar con Verónica, Mark e incluso con el viejo Brad Blueman y sus intentos de sobrevivir a los Ridgewick.
 
En esta última parte de la novela tampoco podemos olvidar a nuestro narrador, ¿podríamos llamarlo incluso amigo?, que nos ha ido acompañando y guiando a lo largo de las anteriores entregas, teniendo en esta tercera parte un papel algo más interactivo y coloquial que en los dos primeros libros.
 
En cuanto al final está a la altura tanto de la novela como de la saga, y a mí me ha dejado particularmente satisfecho, aunque creo que a Víctor Blázquez le pitarán los oídos en más de una ocasión cuando algún lector se acuerde de él.
 
Personalmente he disfrutado mucho de esta novela, me la he ido leyendo poquito a poquito, dosificándomela, y lo cierto es que me ha dejado muy buen sabor de boca.
 
Qué más podría decir, si habéis leído las anteriores novelas ya sabéis lo que os vais a encontrar. Un cuarto jinete desbocado que no nos defraudará en ningún aspecto y que nos va a tener en tensión a lo largo de todas sus páginas. Si no conocéis todavía a El cuarto jinete acercaros a él, pero recordad: «No hay ningún sitio al que huir si la muerte corre más que tú»

 

No existen los monstruos en Umbral del Dolor

Umbral del dolor reseña No existen los monstruos:

Ya en el pasado hemos tenido la oportunidad de leer algunos de los trabajos de Víctor, todos ellos dignos de mención. En esta ocasión quiero comentaros lo que me ha parecido su novela “No existen los monstruos” en la colección Sotker de la editorial Dolmen.

En primer lugar, la historia narra cómo un grupo de hombres, militares checos que regresan a la ciudad de Praga tras la ocupación naci, preparan un atentado contra el poder instaurado en la ciudad. El grupo de partisanos liderado por Jan Kubis salta en paracaídas cerca de la capital, acompañado de un americano que no forma parte de la operación, y que, aunque junto a ellos, viaja por libre, y entra en la ciudad con intenciones muy distintas a las de los militares checos. Enseguida descubriremos que Sean Cassidy, el extraño norteamericano, está en la ciudad siguiendo al culpable de un truculento asesinato que resulta ser muy parecido a otro caso que le mantiene obsesionado.

Hablando en líneas generales, esta novela no parece un libro de terror. Es a priori una novela histórica con ciertos detalles muy cercanos a la realidad que se dio en la ocupación nacionalsocialista de la ciudad de Praga, pero, poco a poco, casi sin que nos hayamos percatado, los elementos del horror que contiene la historia comienzan a formar parte de la trama, hasta que estos terminan por captar la atención del lector, por encima del entramado histórico que forma el trasfondo. De manera paulatina nos iremos dando cuenta de cómo los partisanos pierden parte del interés, para dar un mayor peso al detective americano, que tiene mucho que contar, y que descubrirá algo sorprendente en el transcurso de la investigación.

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 Como ya nos tiene acostumbrado el autor, la novela está muy bien narrada, cuenta con una historia interesante y atrayente, y elige un “ecosistema” bastante relevante a la hora de esbozar el ambiente en el que se sucede la acción. Los personajes, aunque en general no tienen mucho que contar, muestran facetas que de inmediato nos ayudan a empatizar  y a colocarles en su debido lugar. En definitiva, la novela se lee sola.

Lo bueno, hasta el último momento el regusto de los detalles reales sucedidos durante la ocupación naci le dan aspecto muy sugerente.

Lo malo, no es una novela de terror al uso (algo que cabría esperar por la colección en la que está editada). Aunque quizá esto podría ayudar a que alcance a los consumidores menos hardcore del género.

Destrucción Masiva golpea en Cinefagia

Reseña colgada en Cinefagia80:

Muy buenas a todos. Las entradas que cerrarán el mes que en breve acaba suponen el cierre a dos de las sagas zombies más famosas y apreciadas por los que hemos seguido las andanzas de los personajes desde que comenzaron sus peripecias, aunque en el caso de la que cerrará el mes no sea así puesto que el autor ha confirmado una cuarta parte. Pero ahora es momento de comentar la tercera parte de el cuarto jinete. Acompañadme para conocer como termina todo.

La novela escrita por Victor Blázquez retoma la historia justo donde acabó la anterior entrega, pero a la vez nos presenta a nuevos personajes que serán de gran importancia en el libro. Así conocermos a Kim; Zoran; John Vernon o Chuck Bauer entre otros. Pero además veremos que ha pasado con los anteriores protagonistas después de los sucesos que tuvieron lugar en la segunda parte. Todos ellos coincidirán y quizás alguno no llegue vivo al final de la aventura.
Varios sentimientos tengo al hablar de este libro: el primero es de agradecimiento al autor por hacérmelo pasar tan bien con esta saga que mezcla acción y terror a partes iguales y que te engancha practicamente desde el principio. El siguiente es tristeza puesto que no volveré a leerlos ya que Victor cierra la historia de forma más o menos definitiva. Pero el que esta muy cerca del primero es cabreo, sobre todo por algunas de las muertes que suceden en la aventura, evidentemente no las voy a desvelar para no destriparlas. Pero los que ya la hayáis leído ya os haréis una idea por donde van los tiros. Tuve que parar un par de veces de leer puesto que no me acababa lo que acababan de ver mis ojos. Sentía mucha rabia y pena al leerlo, en ese momento me dieron ganas de estampar el libro contra la pared del cabreo que tenía, y desde luego las palabras que venían a mi mente eran de todo menos agradables.
Esto es algo que no debía de pillarme de nuevas, no es la primera vez que el autor lo hace, pero desde luego alguno de los fallecimientos podía habérselos ahorrado. Parece ser que el escritor debe darle gustico matar a según que personajes, desde luego para mí se ha ganado el apodo cariñoso del Martin español.
Los personajes que aparecen en esta nueva entrega están bien definidos, sobre todo en el caso de Kim; John Vernon, este último odioso totalmente; o el ya citado Chuck Bauer. Victor se toma su tiempo, breve pero conciso, para saber de donde vienen y hacía donde van. En esta ocasión, y tal y como ocurrirá con la futura reseña de la tercera parte de Los Caminantes de Carlos Sisí a veces el peligro real suele estar más en los hombres que en los muertos que están haciendo estragos por todo el mundo.
Como si de una película se tratara el autor viaja hacía atrás en el tiempo, para narrarnos hechos que sucedieron a la vez que los que tienen lugar en la segunda entrega del cuarto jinete para hacer que los personajes crucen sus destinos.
Una de las virtudes que tiene este escritor es que escribe a toda chufa y no da un respiro al lector, los capítulos y este libro se pasan volando y eso que la longitud del mismo casi alcanza las 500 páginas. Pero tal vez al escribir así de rápido la acción puede llegar a agobiar, lo que no es un defecto ojo, pero en una novela donde hay tanta acción conceder un minuto de respiro no viene mal tampoco, puedes llegar a acabar exhausto de tanto ritmo y eso que el único esfuerzo que haces el de pasar las páginas.
Ahora que el cuarto jinete llega a su fin es una buena ocasión para leeros la saga de un tirón, asi no tenéis que esperar como hemos hecho los que hemos seguido este libro desde su primera parte. Os lo recomiendo, no os arrepentiréis en absoluto.

Destrucción Masiva en SpoilerZombie

Me vais a permitir que me quede con la primera frase de la reseña que SpoilerZombie ha publicado en relación a El cuarto jinete: Destrucción Masiva.

Aún sigo alucinando con ella:

Hay cosas tan sumamente buenas que deberían ser delito. Los gofres con Nutella que venden en la Glorieta, las curvas de Scarlett Johansson, los chupitos de Jägermeister… y la trilogía de novelas de ‘El Cuarto Jinete’, de Víctor Blázquez. Vaya pasada el último, ‘ECJ: Destrucción Masiva‘. He leído por Twitter a varias personas pidiendo que alguna productora se interese por los derechos para hacer una serie o una película. Qué cojones, ¡O UN MUSICAL! Lo que sea. Esta saga no puede quedarse sólo en el papel. Me ha gustado tanto, tanto, tanto el broche final que me niego a aceptar que haya acabado.
 
Vamos con la reseña de ‘Destrucción Masiva’. Por poner alguna pega, el inicio me pareció demasiado lento. Presentación de personajes (un puñado, como buena novela coral que es), descripción algo excesiva de sus personalidades y sus vidas pasadas, algún que otro párrafo algo alejado de la trama… Pero da igual. ‘ECJ: Destrucción Masiva’ es como cuando preparas un puré. Me explico. La peor parte es cuando echas los ingredientes a la trituradora. Un poco de esto, tres porciones de aquello, un toque de eso de ahí, y pedacitos de mil y un alimentos. Puedes tirarte media hora seleccionando ingredientes, pero una vez que pulsas el botón ‘triturar’ ya no hay vuelta atrás.
 
 

Sé que es una comparación algo rara, pero es lo más acertado que se me ocurre ahora mismo. Cuando lo tiene todo listo, cada personaje en su sitio, Víctor Blázquez dice: «Vamos a pulsar el botoncito…». Y todo se va a la mierda durante casi 600 páginas que pasan en un suspiro. Chuck, Kim, Katt, Alicia, Sabrina, Ian, Dexter y un largo etcétera de personajes, cual pedazos de patata o zanahoria, se ven abocados a ese agujero negro sin fondo donde van a ser triturados por manos y dientes de zombies sedientos de carne, sangre y vísceras. Destrucción masiva. Ojo, Blázquez nos lleva ahora hasta Portland con una retahíla de nuevos protagonistas, cada cual más pintoresco, que deben sobrevivir a los muertos y emprenden un viaje por todo Estados Unidos en busca de la salvación. Y no se olvida de nuestros amigos que en ‘ECJ: Armagedón‘ quedaron en San Mateo, varios de ellos ya conocidos de la primera entrega en Castle Hill. Paula, Mark, Brad, Ace… siguen ahí.
 
Nuevamente, el escritor nos hace adorar a varios de los supervivientes y odiar a otros, aunque a su vez provoca que consideremos a estos últimos imprescindibles y que hasta nos duela un poquito que alguno desaparezca del mapa. Giros inesperados, buena descripción, personajes que aparecen poco pero que cuando lo hacen te dejan perplejo… Y esa narración en presente en la que el narrador te lleva de la mano por la trama, como si fueras un espectador. Ese elemento es el que me hace imaginar cada pasaje como si fuera una película (o una serie, o un musical, lo que sea). Acción continua.
 
Y cuando ya no queda nada más que triturar, llega el final. Una buena conclusión para una buena trilogía. Eso sí, aquí ya no es como si fuera un puré que puedes comer después de triturarlo. No. Aquí, Víctor Blázquez se luce con el final y te dice: «Ahí te quedas, chaval». Y tú pasas la última página, lees el epílogo, cierras el libro y piensas: «Cabronazo«. Esto no puede quedar así. ¡Seguimos leyendo!