El cuarto jinete Armagedón en Frikis Reconocidos

En Frikis Reconocidos ya reseñaron la primera parte en su momento. Hoy le ha llegado el turno a la secuela, El cuarto jinete: Armagedón. Y bueno, así para empezar recibe como nota un 5/5, con lo cual me siento bastante orgulloso. Atención, tiene spoilers para el que no se haya leído la primera parte.

La reseña la podéis leer en su página original en este enlace.

Os la copio también a continuación:

En Frikis Reconocidos S.A. ya reseñamos, o reseñé, mejor dicho, en su momento El cuarto jinete (para leer aquella reseña, pincha aquí). Como lo disfruté como un niño pequeño disfruta de un caramelo, nada más saber que Víctor Blázquez volvía a las librerías de la mano de la Editorial Dolmen y su Línea Z, con una secuela me emocioné: iba a tener otra dosis de zombies, pero de los que corren, de los que te persiguen como persigue Clint Eastwood a los criminales en la película de Y Cometieron Tres Errores, es decir, implacables y sedientos.

5/5

¿Os acordáis de Castle Hill y de sus supervivientes? ¿Recordáis a Brad Blueman, a Mark, Paula, Veronica, Patrick, Richard, Ozzy, Stan, Kurt y compañía? Seguro que sí, los habíamos dejado bajo la custodia de unos militares que  debían transportarlos a un hotel en Los Ángeles... y nadie sabía lo que se cocía en la sangre de uno de aquellos luchadores que sobrevivieron a la devastadora plaga que arrasó su pueblo de la faz de la Tierra, un pueblo que, otrora, fuera tranquilo, modesto. Típico pueblo americano de película.

Hola, sabía que volveríamos a encontrarnos.
Sígueme. La última vez que les vimos creían que se había terminado, combatieron el virus en las calles de Castle Hill; creyeron que lo habían detenido y estaban a salvo. No podían estar más equivocados.

Es por eso que, cuando abrimos El Cuarto Jinete: Armagedón esperamos que algo nos agarre del tobillo y que nos hinque el diente. Nos van a comer, pensamos, y no como nos gustaría… Va a ser un viaje desagradable. Pero no nos encontramos con manos de podridos, ni tampoco nos salpica sangre, nos encontramos con un prólogo escrito por Javier Cosnava un tanto… perturbador. Sí, creo que esa es la palabra exacta que lo podría describir: perturbador. Algo hace que se nos ericen los pelos de la nuca, sentimos un escalofrío… algo se acerca, Frikis Míos, y ahora sí que puede ser la Muerte, el Cuarto Jinete, ese que junto a Guerra, Hambre y Peste arrollará el mundo el día del Juicio Final.

Tras las palabras de Cosnava vienen las de Víctor Blázquez, quizá más seguro y desenvuelto en eso de aporrear el teclado. Personalmente, me lo imagino sentado en su silla riendo como un maníaco, sumido entre las sombras, mientras un Igor (o quizá mejor dicho, Aigor) le sirve comida, órganos de humanos crudos con los que se deleita. Especialmente con globos oculares (los ojos saltando de sus cuencas, reventándose bajo la presión de unas manos fuertes, parecen haberle cautivado, especialmente en uno de los capítulos).

¿Y qué historia nos trae Blázquez esta vez? Aparte de una historia escrita en segunda persona nos regala sangre, vísceras, miembros cercenados, muerte, desolación, furia, sufrimiento, más sufrimiento, otro poco más de sufrimiento y dolor. Mucho dolor. Nuestros queridos (y no tan queridos) exiliados de Castle Hill se vuelven a ver envueltos en el caos en la lucha por continuar un día más con vida. El virus “vuelve a la vida” en el hotel de los Ángeles, y tarda poco en esparcirse por el territorio americano. Los que antes viajaron juntos, ahora huirán por separado, en pequeños grupos, buscando una salida a una situación que es incontrolable. Conoceremos otros tantos personajes y, gracias a la capacidad innata de Blázquez, odiaremos  con toda nuestra alma a unos cuantos. Pero odiar cosa mala, de ese odio que te dan ganas de coger una escopeta y pegarle un tiro entre los ojos a esa panda de cabrones con la que otros, tan majicos ellos, se juntan sin saberlo.

Y si continúo hablando sobre la trama (ya sé que únicamente he dado un par de esbozos y muy generales) es posible que os destripe (qué bien viene ese verbo en una reseña sobre una novela de zombies) los hilos que seguimos en su recorrido de principio a fin.

Con sus más de 500 páginas, El Cuarto Jinete: Armagedón es de esas lecturas que te enganchan, que te hacen aferrar las páginas como si tu propia supervivencia dependiera de ello. Volvemos a recibir a los personajes, tanto los viejos como los nuevos, esbozados de tal forma que terminamos cogiendo cariño a algunos (a otros ya amándolos, porque son adorables) y odiando a otros; más que odiar, nos asquea su presencia vomitiva y desearíamos pegarle un tiro entre las cejas. Incluso con algunos llegamos a sentir una especie de relación odio-asco-amor-odio-más-odio. Y otra vez disfrutamos con varias alusiones a novelas, cine y tv, entre las cuales la del chico con su camiseta de la Casa Stark (Winter is Comming) me hizo reírme a pesar de la situación en la que aparece; especialmente me gustó esta alusión a Juego de Tronos ya que Víctor Blázquez nos hace todo un George RR Martin, es decir, sacrificar, torturar, matar, devorar y decapitar personajes a los que habíamos comenzado a querer como si fueran nuestros amigos de toda la vida.

Además, el autor nos obsequia con unos extras (si queréis saber algo de ellos, ya sabéis lo que toca) que son la delicia de cualquier fan. Esperemos que en un año tengamos una tercera entrega de El Cuarto Jinete.

En fin, Frikis míos: La pesadilla ha vuelvo y espero que no os haya pillado desprevenidos. ¿Tenéis comida y armas? ¿Adónde iréis? Quizá sea indiferente, porque:

No hay ningún sitio al que huir si la muerte corre más que tú.

El cuarto jinete en la revista Corazón literario

Montaje realizado por Julio Muinicio Oliver. Retoque nocturno por José Sanz
No sé si hay alguien que no conozca la revista de Corazón Literario. Bueno, pues se trata de una revista gratuita que incluye relatos, alguna reseña y algún artículo y que se distribuye desde la página mencionada.
En el número 7 de la revista (que podéis descargar aquí) Rubén Giráldez González realiza una reseña de El cuarto jinete que os transcribo a continuación:
“Has llegado en el momento justo para que te cuente una historia. ¿Ves ese pequeño pueblecito americano que tenemos ante nuestros ojos? Se llama Castle Hill. Y en Castle Hill, va a ocurrir una desgracia, que hará que este lugar digno de postal, se convierta en una verdadera pesadilla. ¿Qué no me crees? Pues observa, El Cuarto Jinete ha sido liberado, y nada ni nadie lo podrá detener…”
Bueno, aquí estoy de nuevo con una de mis modestas reseñas. En esta ocasión le toca el turno a El Cuarto Jinete, de Víctor Blázquez, uno de los mayores éxitos editoriales de la línea Z de Dolmen. ¡Y no es para menos! Ya que la obra de Blázquez es pura adrenalina. Pero como diría Jack el destripador “Vamos por partes.”
Cualquiera que lea la sinopsis de El Cuarto Jinete creerá que es más de lo mismo:
“¿Qué ocurriría si tus familiares, vecinos y todos aquellos a los que conoces se convirtieran en insaciables e incansables asesinos? Ven, acompáñame, Castle Hill es un pequeño y apacible pueblo americano digno de postal, un lugar donde la vida es tranquila y fácil. Todos los pueblos tienen ovejas negras pero, por lo general, la paz domina la vida de este pequeño y agradable lugar. Las cosas están a punto de torcerse del todo. El cuarto jinete, el más mortal de todos los virus concebidos por el hombre, el principio del fin, un virus capaz de someter a toda la raza humana, está a punto de ser liberado.
Enfrentados a un enemigo sin miedo, inagotable y atroz, los habitantes de Castle Hill tendrán que valerse por sí mismos para sobrevivir. La pesadilla está a punto de comenzar. No hay ningún sitio al que huir si la muerte corre más que tú.”
Virus que resucita a los muertos. Pueblo asediado por hordas de zombis. Tiros, sangre y mordiscos. Y sí, El Cuarto Jinete tiene eso. Pero tiene mucho más.
Lo primero que llama la atención al comenzar la novela es el tipo de narrador. Es un narrador muy especial, ya que nos trata como si fuese un viejo amigo. Se dirige a nosotros cuando es necesario e incluso pregunta por nuestra opinión en ciertas ocasiones. También se permite para r alguna escena para explicarnos más cosas o para contarnos que está ocurriendo en la otra punta del pueblo. En definitiva, es el guía perfecto en este ajetreado viaje.

Lo segundo, son los zombis que pueblan la novela. Se alejan del arquetipo creado por el maestro George Andrew Romero, para acercarse más al zombi que ya nos mostró Zack Snyder en el remake de Amanecer de los muertos. Estos muertos vivientes son rápidos y más peligrosos que los zombis “Romerianos” ya que, si enfrentarse a uno solo es un verdadero desafío. ¿Qué ocurrirá cuando una horda de estos seres rodee y amenace la existencia de los personajes de la novela?
Porque ese es otro de los grandes fuertes de la novela: los personajes. Salvo por algunas excepciones, todos ellos son amigos y vecinos que se ven obligados a luchar contra personas conocidas; ahora convertidas en unos implacables monstruos homicidas.
Y es que, eso es lo más aterrador de vivir una situación así: verte obligado a acabar con un ser querido antes que este acabe contigo.
La gran cantidad de personajes que aparecen en el transcurso de la lectura, hace que te encariñes con alguno de ellos (sobre todo con la pequeña Paula) y sufras cuando su vida se ve amenazada por algún zombi dispuesto a hincarles el diente.
La novela está escrita a un ritmo frenético que apenas deja tiempo para respirar al lector. Ya que, en cualquier parte, puede aguardarnos un ser dispuesto a todo por conseguir una porción de carne fresca.
La novela está plagada de detalles y referencias a series de televisión, películas e incluso bandas de música.
Además de múltiples guiños al maestro King (nombres de personajes, situaciones…) que a los fans de la literatura de terror no nos pasarán desapercibidos. Stephen King, es un importante referente para muchos escritores de terror contemporáneo (me incluyo en esa extensa lista) y Víctor no es la excepción. Es un gran alumno del maestro del suspense de Maine.
Dedico esta reseña a Antonio Valderrama “El Rasurador”, quien tuvo la estupenda idea de regalarme un ejemplar dedicado por el mismísimo Víctor Blázquez. Que sepa que me haagasajado con una adictiva lectura que he “devorado” con sumo gusto.
Si no te has hecho aún con un ejemplar de El Cuarto Jinete, no se a que estás esperando para disfrutar de una estupenda lectura que agradará a todos los aficionadosa la literatura Z.
Y recordad que Víctor acaba de traernos el Armagedón con la segunda parte de esta fantástica novela que ya está infectando la mayoría de las estanterías españolas.
“… ¿Estás preparado? ¿Acabas de escuchar los monstruosos gruñidos? Son ellos. Rápido. Huye. Ya han llegado. Ellos son La Muerte… y corre más que tú.”
“Has llegado en el momento justo para que te cuente una his-
toria. ¿Ves ese pequeño pueblecito americano que tenemos ante
nuestros ojos? Se llama Castle Hill. Y en Castle Hill, va a ocurrir
una desgracia, que hará que este
lugar digno de postal, se con-
vierta en una verdadera pesadi
lla. ¿Qué no me crees? Pues ob-
serva, El Cuarto Jinete ha sido liberado, y nada ni nadie lo podrá
detener…”
Bueno, aquí estoy de nuevo con
una de mis modestas reseñas.
En esta ocasión le toca el turno
a El Cuarto Jine
te, de Víctor
Blázquez, uno de los mayores éxito
s editoriales de
la línea Z de
Dolmen. ¡Y no es para menos! Ya
que la obra de Blázquez es
pura adrenalina. Pero como diría
Jack el destripador “Vamos por
partes.”
Cualquiera que lea la sinopsis de El Cuarto
Jinete creerá que es más de lo mismo:
“¿Qué ocurriría si tus familiares, vecinos y todos
aquellos a los que conoces se convirtieran en in-
saciables e incansables asesinos? Ven, acompáñame,
Castle Hill es un
pequeño y apacible pueblo
americano digno de postal, un lugar donde
la vida es tranquila y fácil.
Todos los pueblos tienen ovejas negras pero, por lo
general, la paz domina la
vida de este pequeño
y agradable lugar. Las cosa
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dos los virus concebidos por el hombre, el princi
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someter a toda la raza
humana, está a punto de ser liberado.
Enfrentados a un enemigo sin miedo, inagotable y at
roz, los habitantes de Castle Hill tendrán que
valerse por sí mismos para sobrev
ivir. La pesadilla está a punto de
comenzar. No hay ningún sitio al
que huir si la muerte corre más que tú.”
Virus que resucita a los muertos. Pueblo asediado por hor
das de zombis. Tiros, sangre y mordiscos. Y sí, El
Cuarto Jinete tiene eso. Pero tiene mucho más.
Lo primero que llama la atención al comenzar la novela
es el tipo de narrador. Es un narrador muy especial, ya
que nos trata como si fuese un viejo
amigo. Se dirige a nosotros cuando es
necesario e incluso pregunta por nues-
tra opinión en ciertas ocasi
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r alguna escena para expli
carnos más cosas o para con-
tarnos que está ocurriendo en la otra punta del pueblo. En
definitiva, es el guía perfecto
en este ajetreado viaje.

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Lo segundo, son los zombis que pueblan la novela. Se al
ejan del arquetipo creado por el maestro George An-
drew Romero, para acercarse más al zombi que ya nos mo
stró Zack Snyder en el remake de Amanecer de los
muertos. Estos muertos vivientes son rápidos y más peligro
sos que los zombis “Romerianos” ya que, si enfrentarse
a uno solo es un verdadero desafío. ¿Qué ocurrirá cuando un
a horda de estos seres rodee y amenace la existencia
de los personajes de la novela?
Porque ese es otro de los grandes fu
ertes de la novela:
los personajes.
Salvo por algunas excepciones, todos ellos son amigos y v
ecinos que se ven obligados a luchar contra personas
conocidas; ahora convertidas en unos
implacables monstruos homicidas.
Y es que, eso es lo más aterrador de vivir una situación
así: verte obligado a acabar
con un ser querido antes que
este acabe contigo.
La gran cantidad de personajes que aparecen en el transc
urso de la lectura, hace que te encariñes con alguno de
ellos (sobre todo con la peque
ña Paula) y sufras cuando su
vida se ve amenazada por
algún zombi dispuesto a hin-
carles el diente.
La novela está escrita a un ritmo frenético que apenas deja
tiempo para respirar al le
ctor. Ya que, en cualquier
parte, puede aguardarnos un ser
dispuesto a todo por conseguir
una porción de carne fresca.
La novela está plagada de detalles y
referencias a series de
televisión, películas e incl
uso bandas de música.
Además de múltiples guiños al maestro King (nombres de
personajes, situaciones…) que a los fans de la litera-
tura de terror no nos pasarán desapercibidos. Stephen Ki
ng, es un importante referente pa
ra muchos escritores de
terror contemporáneo (me incluyo en esa exten-
sa lista) y Víctor no es la excepción. Es un gran
alumno del maestro del suspense de Maine.
Dedico esta reseña a Antonio Valderrama “El
Rasurador”, quien tuvo la estupenda idea de
regalarme un ejemplar dedicado por el mismí-
simo Víctor Blázquez. Que sepa que me ha
agasajado con una adictiva lectura que he “de-
vorado” con sumo gusto.
Si no te has hecho aún con un ejemplar de El
Cuarto Jinete, no se a que estás esperando para
disfrutar de una estupend
a lectura que agradará
a todos los aficionados
a la literatura Z.
Y recordad que Víctor acaba de traernos el
Armagedón con la segunda
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fectando la mayoría de
las estanterías españolas.
“… ¿Estás preparado? ¿Acabas de escuchar los mons
truosos gruñidos? Son ellos. Rápido. Huye. Ya han llega-
do. Ellos son La Muerte… y corre más que tú.”

El cuarto jinete en El legado de Gilead (2)

Hace ya unos meses que Toluuuu realizó la reseña de El cuarto jinete en el blog El legado de Gilead, cuyo título, por cierto, me encanta. Bueno, pues ahora le ha llegado el turno a su compañero Chuppy, y podéis leer su opinión tanto AQUÍ como a continuación:

Zombis 3.

Y ahora a correr. Hemos pasado de conocer el origen de las infecciones apocalípticas y de tener que sobrevivir al día a día luchando contra zomis y humanos, a tener que correr como alma que lleva el diablo por que si no seremos devorados por hordas de corredores infectados y enloquecidos por la carne humana.

En un pueblecito norteamericano se desata el horror y todos y cada uno de sus habitantes serán victimas de la peor agonía, miedo y desolación que pudieran imaginar. El policía, el bombero, el del quiosco, la prostitutas…. hasta los niños, son piezas de esta vertiginosa historia que te sacará de tu calma y llevará tus nervios y tensión a un punto increíble.

Con un comienzo algo frío y una narración de lo más original, el autor nos lleva, al  más puro estilo King, por las calles de Castle Hill y  nos hará conocer los pormenores de las huidas de los protagonistas. Sus enfrentamientos con los no muertos, el odio, el amor y la desidia para con los demás. Sonreiremos y alguna carcajada soltaremos pero, sobre todo, estaremos en continua tensión a la espera de ver si nos cazan o no.

Hay quue correr, por que los no-muertos de esta narración lo hacen y muy deprisa, casi al ritmo al que el lector aniquila el texto, hasta llegar al punto de la salvación final.

Lector de zombies léelo. No lector de zombis léelo. Pues de no hacerlo seréis zombificados.