The event

Los dos últimos años no han sido muy amables con los amantes de la ciencia ficción. No sólo terminó Battlestar Galáctica sino que además su precuela Caprica no funcionó como era de esperar. Además, el remake de V resultó ser un bluff desde el principio aunque consiguiera una incomprensible segunda temporada. Falling Skies ha sobrevivido a la purga, aunque su calidad deje bastante que desear, y Fringe ha ido perdiendo espectadores y, a pesar de haber logrado la cuarta temporada, baila en el filo de la navaja de la cancelación. Algo totalmente incomprensible dado que, lo digo una vez más, Fringe es la mejor serie del panorama actual.
Y entonces llego a The event.
Estrenada en octubre de 2010, The event sorprendió a propios y extraños con el que, sin duda alguna, era el mejor piloto del año. Brutal, trepidante y con un final tan dejabocabiertas que era imposible no alabarlo.
Eso sí, se habían llenado la boca diciendo que The event era la nueva Lost. Y lo intentaron de la forma equivocada: Después de haber convencido a la cadena con un piloto interesante, se dedicaron a copiar el formato de Lost, esto es, serie coral y flashbacks de personajes.
Y se convirtió en una lacra. Porque realmente aquel formato temporal que hacía potente al piloto no le sentaba nada bien al resto de capítulos, y los flashbacks, lejos de ser intrigantes, eran más bien aburridos. No interesaba el pasado, para nada, sino el presente de los personajes, y con cada capítulo que se emitía el interés, y por ende el número de espectadores, decrecía más y más.
Aún así, la audiencia era suficiente para que se le concediera una temporada completa. Conscientes de lo que estaba saliéndoles mal, intentaron poner remedio, y gracias a ello, después del parón navideño, desaparecieron los flashbacks y la serie se convirtió en una trama en continuidad basada en la acción con tintes de ciencia ficción.
Y la cosa mejoró bastante. Aún cargaban con ciertas losas plantadas en la primera parte de la temporada, pero poco a poco se hizo cada vez más interesante, hasta el punto que los últimos capítulos de temporada eran adrenalínicos. Era tarde. La audiencia nunca perdonó aquella primera mitad de temporada y la serie fue muriendo poco a poco. Al menos podrían haberle dado un final digno, y lo tenían todo lo suficientemente bien sembrado como para hacerlo, pero se dejaron llevar por el sueño de conseguir una segunda temporada o vender la serie a otra cadena (en junio se rumoreó que Syfy podría estar interesada, pero finalmente no sucedió) y dejaron un final semi-abierto, plantando algunas semillas que, como espectador, me tocaron un poco los huevos, la verdad. Esa última conversación de Simon Lee con Sean Walker fue de traca, de cagarse en todos ellos por finalizar una serie así.
Pero bueno, quedaron en estos 22 capítulos cosas bastante interesantes y disfrutables. Lo más destacable de la serie, además de Taylor Cole (a la izquierda), fueron los dibujos de los personajes, donde nadie era totalmente malvado o totalmente bueno, a excepción de Sean Walker. El resto de personajes se movía en una escala de grises morales que hacía interesantes sus decisiones y acciones. Zeljko Ivanek inició la serie pareciendo el más malo de todos y acabó siendo uno de los héroes, por ejemplo. Pero el gris definitivo lo cargaba en sus hombros Laura Innes, con su Sophia capaz de tomar decisiones completamente villanas pero entendibles. A fin de cuentas, cualquiera en su lugar se vería obligado a tomar esas mismas decisiones, por duras u odiosas que fueran…
En fin, que nos queda Fringe para seguir soñando.

Hanna

Interesante película de acción con regusto clásico y alguna que otra licencia experimental sobre una niña-soldado que, como reza el poster, resulta ser joven, dulce, inocente y letal.
Protagonizada por Saoirse Ronan, Eric Bana y una Cate Blanchett capaz de ofrecernos registros dulces o fríos como el acero, en el interior de esta cinta tenemos también en papeles menores a Tom Hollander (que se marca un psicópata en chandal que es de lo mejor de la peli) y al siempre eficaz Jason Flemyng, que aquí hace un papel bastante tonto.
De todas maneras, Hanna es un vehículo ideado para el exclusivo lucimiento de Ronan, que, aunque se defiende, tampoco parece que luzca demasiado papel. Claro que, por exigencias del guión, esa cara de piedra debe ser siempre de piedra.
En cuanto al estilo me ha parecido muy interesante su toque clásico, muy del cine thriller de los setenta, y me han parecido apestosos los momentos experimentales (esa primera huída de la prisión, a ritmo casi tecno y con planos giratorios de Ronan es para fusilar con mierda al director). Por suerte, esos momentos experimentales cutrongos se limitan a un par.
Y por cierto, la película cuenta con dos planos secuencia verdaderamente interesantes. El primero sobre todo, con la salida de Eric Bana de una estación de autobuses en Berlín y lo que acontece al salir. De aplauso, sí señor.
Y por cierto, es una película viajera. Tenemos Rusia, Berlín, Marruecos… y un camping cordobés con fiesta flamenco-gitana incluída.
En definitiva: Buena película.

Un meme más

Visto en El especialista Mike y Ángel de alas negras…

1. Una canción : El boxeador, de Enrique Bunbury
2. Una canción que te haga llorar : Son for absolution, de Muse. No me hace llorar, pero sí me pone los pelos de punta.
3. Un grupo : Muse
4. Un dúo : No sabría decir. Así, en plan «un duo formado para una canción» podría decir Bunbury & Vegas.
5. Un solista : Bunbury. Siempre. Seguido de Shuarma y Paco Bello.
6. Un vídeo :Tildadme de clásico, pero no sigue habiendo videoclip mejor que Thriller, de Michael Jackson.
7. Un animal : Pingüino.
8. Un color : Rojo.
9. Una sensación : Llegar a casa y que los perros te reciban haciendo cabriolas.
10. Un calzado : Zapatillas de deporte.
11. Una foto : Cualquiera de Kike.
12. Un deseo : Que me toque la lotería… 🙂
13. Una pesadilla : Quedarme ciego.
14. Un sabor : Patatas fritas…
15. Un olor : Mi pituitaria no está muy desarrollada.
16. Una joya : Sólo llevo puesta la alianza.
17. Un regalo : Libros
18. Un juego : Monkey Island y Civilization. Y Final Fantasy VII
19. Un viaje : El que hice a México. Seguido del de Praga.
20. Una noche inolvidable : Hay muchas, la mayoría con Cris.
21. Una telenovela : No veo telenovelas.
22. Una película : Terminator II. Es la película que, para bien o para mal, me hizo querer dedicarme al cine.
23. Un libro independiente : Mmmm… La larga marcha. La cúpula. Cero absoluto.
24. Una saga de libros : La Torre Oscura.
25. Un actor : Bruce Willis
26. Una actriz : Kristen Bell
27. Un escritor/a : Stephen King
28. Un nombre : Kike
29. Un número : Siempre el 7. O el 19… jejeje.
30. Una amiga : Izaro.
31. Un amigo : Nacho.
32. Un dibujito de televisión : Los pingüinos de madagascar.
33. Un programa de televisión : Survivor (versión USA)
34. Un cocinero : ¿eh?
35. Un lugar para vivir : Antes habría dicho sin dudar que México, pero ahora mismo no está para muchas alaracas…
36. Una comida : Almejas a la marinera
37. Una bebida : Coca cola
38. Un chico : Kike.
39. Un día muy feliz : El que nació Kike…

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Super 8: Los Goonies meet ET

He leído, y oído, todo tipo de opiniones sobre la última película de J.J. abrams, y lo que yo voy a plantear aquí no es más que la mía, una opinión completamente subjetiva y en base a mis gustos personales y cinéfilos.

Me ha encantado.

La verdad es que me ha parecido un peliculón. Por el simple hecho de que me ha hecho soñar, y desear ser niño de nuevo, mientras la veía. Y esa sensación de estar viendo, y viviendo, una aventura épica, para mi ya vale lo suficiente.

¿Por qué? Porque durante la película he disfrutado, me he reído con las conversaciones de los niños y sus gritos y sus neuras (de lejos, los crios me han parecido lo mejor de la cinta, con Elle Fanning a la cabeza, pues está sublime), pero sobre todo, porque tenía la sensación de estar viviendo una gran aventura. Esto ya lo he dicho, pero es que lo sentía tanto que merece la repetición.

Es evidente, y cualquiera con cultura cinéfila suficiente se daría cuenta, que el señor Abrams no utiliza su originalidad. Super 8 no tiene nada, de nada de nada, de original. Toda en ella es una mezcla de otras películas e historias, metidas en la batidora y mezcladas. Pero no soy de la opinión de que eso esté mal. El ron, la lima y la hierbabuena ya están inventadas, pero si las mezclas, te sale un mojito. Ese mojito puede ser una mierda, pero si la sabes mezclar, también puede ser delicioso. A mi gusto, Abrams es un excelente mezclador.

Aunque sean muchas las fuentes de las que bebe, en general podría definirse Super 8 como la mezcla entre Los Goonies y ET. Fundamentalmente ochentera, en su estilo y en su forma, Super 8 nos cuenta la historia de otro grupo de goonies (tenemos al prota atormentado, al gordi, al bocazas…) que en lugar de buscar un tesoro pirata se encuentran, sin quererlo y sin comerlo, con una conspiración gubernamental.

El alien no es el prota de la historia, aunque acaba siendo motor de la última parte, como tampoco lo son ninguno de los adultos. Los protagonistas de la película son los niños, y la relación entre ellos es genial, sus conversaciones son divertidas, están tan bien dibujados que acabas riéndote con cada una de sus salidas o gritos nerviosos. Pero por encima de todo ello está la aventura.

Si esta película la hubieramos visto con 10 años, ahora hablaríamos de ella con la misma intensidad y ferocidad con la que defendemos que Los Goonies es una de Las Grandes. (sí, pertenezco a ese grupo social que considera que insultar Los Goonies merece ser ahorcado. O quemado vivo. O ambos)

Lo dicho, que me ha encantado. He disfrutado con ella como cuando era niño y flipaba con Los Goonies, Aventuras en la gran ciudad, El secreto de la pirámide y El vuelo del navegante. No puedo dejar de decirlo, así como de decir que Elle Fanning se marca un papelón y de que el cortometraje «El caso», mostrado durante los créditos finales, merece varios aplausos. Lo que pude reírme con él no tiene nombre. Por dios… cuántos cortos habré rodado yo así de ridículos… pero eso es otra historia.