Gran película

Eastwood me ha demostrado una vez más (y no se cansa el tío) que es uno de los mejores directores del mundo. Me da que pensar que este año no han querido nominarle al oscar porque no querían darle otro, y si hubiera estado nominado…
Vale, Slumdog se lo merecía…
Gran Torino es una obra de arte. No puedo decir mucho más, porque la película es genial. Eastwood se marca una dirección correcta y sobria, y borda el papel protagonista de viejo gruñón. El guión es sencillamente magnífico, con muchísimo humor (no paré de reír durante toda la película), crea unos personajes perfectamente dibujados y geniales cada uno de ellos, y hace una radiografía de la amistad digna de aplauso.
Es Sin Perdón protagonizada por Harry el Sucio retirado del servicio.
Dejando de lado al personaje de Clint Eastwood, que es lo mejor de la película, y sus continuos exabruptos e insultos, es brillante el momento en que detiene la furgoneta junto a tres negros. Esa secuencia es de lo mejor de la peli. ¿Nunca os habéis cruzado con alguien a quien no deberíais haber molestado? Ese soy yo. Lo dicho, Clint Eastwood es el puto amo.
Y además, este año lo ha hecho doblemente, porque El intercambio es otro peliculón. No sé si llegué a hablar de ella, pero es otra obra de arte…

Los mirones

Fui a ver Watchmen con la esperanza de que al provenir de las manos de Zack Snyder al menos me entretendría. Se ve que no es posible hacer siempre cine entretenido, porque la película es un coñazo como pocos en los últimos tiempos (me viene a la mente otra de otro gran director como es Mathew Kassovitz, la patata esa que dirigió con Vin Diesel, Babylon).
Snyder había hecho dos pelis antes que esta, y las dos eran una demostración de ritmo y fuerza, por lo que daba a pensar que justo eso lo tenía controlado. Y mira por donde, con Watchmen ha hecho que la palabra ritmo sea inexistente, y la fuerza… pues tres cuartos de lo mismo. Con sólo decir que lo mejor de Watchmen son las secuencias de acción… y hay cuatro. En tres horas. El resto es coñazo. Visualmente está bien, sí, pero vamos, que después de hacer 300 tampoco es una obra de arte.
¿Lo mejor? Me quedo con los créditos de inicio y su recorrido por la historia de américa y de los encapuchados. Maravilloso.
¿Lo peor? La falta de ritmo y los diálogos… sí, los diálogos. Que alguien me diga a quien se le ocurrió que esto podría quedar bien: «Cuando estaba oscuro me ponía esas gafas y lo veía todo claro». Joder, que portento de guión.
Eso sí, hay que decir una cosa, pero va más hacia el escritor de la historia, y es lo bien que juega con la simbología de los superhéroes y la distorsiona e ironiza sobre ello. Me encanta que el Buho Negro sea un machote sin su traje pero un pringado sin él, hasta el punto que, al estar sin traje, ni siquiera se le levante. Me encanta que el más humano de los héroes sea también el más sádico y violento. No sé, eso sí me gusta, así que supongo que el comic está bien. Lo que es la película, es una basura.
Así de claro.

Ese genio incomprendido

Hablo de Vigalondo, un hombre que se ha ganado muchas alabanzas por haber realizado uno de los cortometrajes más originales de los últimos tiempos, con el que fue nominado nada menos que al Oscar. El hombre detrás de «una lección de cine», una pequeña pieza de video que es, exáctamente, lo que su título promete. Perfecta. El hombre detrás de uno de los cortos de ciencia ficción más surrealistas de la historia. Que encima es una trilogía. El hombre detrás de la campaña «no veo tres en un burro». El hombre que ha realizado la mejor película española de los últimos años, porque sí, junto a Bosque de sombras de ese otro genio que es Koldo, Los cronocrímenes de Nacho Vigalondo es un peliculón. De principio a fin. Una de esas películas que se disfrutan.
No contento con eso, ahora ha dirigido la última campaña de Pikolín. Otra obra maestra.