Guerra Munial Z

Con el sobretítulo de «Un relato oral sobre la guerra zombie» se planta este libro en las librerías. Evidentemente, han de gustarte las historias apocalípticas, preferentemente de zombies, para disfrutar más de esta novela, pero desde luego que la idea, una vez llevas leídas treinta páginas, resulta absorbente.
Narrada mediante testimonios de todo tipo de personas que sobrevivieron a la guerra zombie, la novela va desarrollando las primeras fases de la epidemia, el descontrol mundial… e imagino que después el desarrollo de la contienda, pero aún no he llegado a esa parte. El caso es que esa forma de narrarlo te da una sensación de veracidad que consigue meterte aún más en la historia. Por increíble que resulte.
He leído que han comprado los derechos para la consabida versión cinematográfica y que Brad Pitt anda metido en ella. A ver que tal, porque como película me resulta un poco complicada…

Conciertazo

Getafe, 7 de Junio de 2008, Estadio Juan de la Cierva, miles de tipos vestidos de un predominante color negro, más teenagers de lo esperado y yo. El muy esperado regreso de Robe y su pandilla a los escenarios.
A las nueve en punto aparecen en el escenario el primero de los dos teloneros, unos tal «calaña», que con sus ritmos simpaticos consiguen crear un ambiente de buen rollismo con gente sentada por la pista del campo de futbol bebiendo cerveza y demás líquidos alcohólicos. A las diez, el segundo de los teloneros, un grupo llamado «Doctor deseo», que son ese tipo de teloneros con los que te dan ganas de gritar el nombre del grupo principal sin parar, para ver si se callan. Sin carisma, con una voz horrenda y un estilo musical que aún no sé si quería imitar a Héroes del Silencio o a La Unión. Quizás a ambos.
A las once debería haber empezado Extremoduro. No lo hizo hasta las once y media. Y cuando se subieron al escenario lo hicieron para entregarse al máximo y dar un mega-concierto lleno de clásicos y con tan sólo tres canciones del nuevo disco, una de las cuales, Breve introducción al caos, también fue coreada por todos, y las otras dos… pues nadie se las sabía.
Abrieron con un temazo: Deltoya (o lo que es lo mismo, echar de menos a Adri), tras la cual acabé tan jodidamente agotado de saltar y gritar que hasta se me pasó por la cabeza retirarme del mogollón para recuperar el aliento. Los años no pasan en balde. Me mantuve hasta el final, saltando, recibiendo empujones, y dándolos de vez en cuando, participando de las mareas humanas.. y aullando cosas como Golfa, Amor castuo (sí!!), Jesucristo garcía, Salir, La vereda de la puerta de atrás, Standby, A fuego, Pedrá, Donde están mis amigos… y por supuestísimo, Puta. A mi parecer, sólo faltaron La hoguera y Decidí. El resto, estuvieron todas.
Y ellos, sencillamente grandes.
Y todo esto a pesar de que el sonido era una puta mierda y saturaba en ocasiones, que conste.

Indy

Antes de que Adri me mate o me desherede del todo, voy a hablar sobre la última película de Indy, que a mi me hizo disfrutar como las antiguas. Vale, que no es tan buena como «la última cruzada», pero a mi me resultó entretenida. Así, rápidamente, haré un ligero resumen:
A mi el hecho de que vaya de alienígenas, cosa que tanto molestó a tanta gente, no me disgusta. Supongo que arte de la culpa la tiene el hecho de que siempre me hayan gustado esas historias, de que siempre me haya llamado la atención el area 51 y de que fuera fan de Expediente X en su momento. ¿Indy y alienígenas? Vale. Y por qué no. El arca perdida iba sobre espíritus, el templo maldito sobre vudú, la última cruzada sobre el caliz de la vida. Todo ello sobrenatural.
Más. Está rodada como una película de aventuras, de esas que se echan en falta en estos tiempos, y como tal me resultó de lo más entretenida. Si que es cierto que desde el principio te meten de rondón a un coleguita de Indy que juega a doble agente todo el rato y que hace que te preguntes quién coño es ese tio durante toda la película. Sí que es cierto que alguna escena se la podrían haber ahorrado, véase el Shia Labeouf tarzanesco y el coche-lancha-matamoscas, pero luego tiene escenas en la más pura línea Indy, como la pelea con el ruso gigante entre las hormigas carnívoras o la persecución en la selva con lucha de espadas.
¿Y Shia Labeouf? Pues mira que no es santo de mi devoción y aún tiemblo cuando pienso que será el protagonista de «Y, el último hombre», pero tampoco me disgustó. Es un compañero más de Indy, como lo fueron en su tiempo Tapón o Marcus (aunque sin la gracia de ninguno de ellos) con el añadido de que ahora es también su hijo… cosa que te importa un carajo desde el principio hasta el final, porque no afecta a nada en la trama y bien podrían haberte dicho que era hijo de Perry Mason que la película habría sido igual.
Por cierto, la escena de «papá está muerto porque Conery se negó a salir y lo saco en una foto dos segundos con una frase metida a palanca» es para matar a todos los responsables de la peli.
Pero en definitiva. Me resultó una peli entretenida y con ese gustillo a años ochenta que tanto echo de menos en el cine actual. Sí, Adri, sí, me gustó, y te aseguro que mientras avanzaba la película no podía dejar de pensar «Adri debe estar cagándose en todo…»