¿Quién coño es Shia LaBeouf?

De un año a esta parte es uno de los nombres que más escucho. Shia Labeouf. Y ni siquiera se pronunciarlo. El antes totalmente desconocido para mi de repente está en todo lo que parece que va a ser grande, o al menos, llamativo. Fue el protagonista absoluto, máquinas aparte, del Transformers de Michael Bay, será el nuevo partenaire de Indiana Jones, y ahora me entero como respuesta a mi post sobre «Y, el último hombre» que es el nombre que suena para la adaptación de dicho comic a la pantalla. Y sí, el chaval no es malo, y la verdad es que si lo pienso bien le pega el papel, pero qué quereis que os diga, me sorprende la fuerza con la que este chaval a pasado de la nada más abosluta al cielo de las superproducciones hollywoodienses. Y ni siquiera sé pronunciar su nombre. Y el chaval tiene cinco años menos que yo. Tócate los huevos. Y ahora por curiosidad he mirado en IMDB y parece que lleva tiempo haciendo papelillos. Bueno, me alegro por él. Quedaos con su cara los que aún no le conozcais porque creo que dará que hablar. Aparte de unirse a la lista de actores impronunciables como Gwineth Paltrow y Arnold Schwarzenegger.

Y, el último hombre

He encontrado una joya. Aquellos que la conozcan pensarán «pues si que llegas tarde, muchacho», pero a mi me vale con lo de «más vale tarde que nunca».
Se trata de Y, el último hombre, un comic que aquí publica Planeta y que en su primer número te deja boquiabierto mientras vas leyendo el por qué de una plaga que extermina de forma casi instantanea a todos los portadores del cromosoma Y, lo que quiere decir a todos los machos de la tierra, hombres y animales.
¿A todos? No. Dos únicos supervivientes: Yorick y su mascota. Desde ese momento, Yorick se embarca en un largo viaje en busca de su prometida, que tras la hecatombe ha quedado atrapada en Australia.
Imaginad un momento el panorama. Ocho de las diez personas más ricas del mundo, muertas. El 95% de los pilotos, conductores profesionales, etc, muertos. El 99% de los mecánicos, fontaneros, electricistas… muertos. El 93% de los criminales violentos… muertos. El 51% de la mano de obra agrícola, muerta.
El viaje de Yorick no será sencillo. En su camino se cruzará con multitud de mujeres, las cuales tienen diferentes planes para él. Una trama que envuelve al lector, unos dibujos que enganchan la mirada y sobre todo, un guión excelente con unos cliffhanger en cada final de capítulo que te dejan con la boca abierta esperando más y más. No me extraña que al guionista lo hayan fichado en Perdidos.
De momento tampoco puedo contar mucho más porque no voy más avanzado, pero lo poco que llevo me ha atrapado irremisiblemente. Se lo recomiendo a todo el mundo que disfrute leyendo comics. Y a los que no lo hagan, pero disfruten de una buena historia, también se lo recomiendo.

Las crónicas

A medida que se acerca el nuevo año, más allá de la huelga de guionistas que nos dejará sin 24, Lost, Heroes y Prison Break, existe otra serie cuyo lanzamiento inminente ya se hace notar en internet. Se trata de Las crónicas de Sarah Connor, y cada vez pinta mejor.
Por cierto, que para ir calentando motores he revisitado las películas. Terminator ha envejecido regular. Los efectos huelen un poco y el doblaje de peli serie B ochentera la deja bastante mal. Lo salva un poco Constantino. Y hay cosas de dirección dignas de crucificar al colgado de Cameron. Pero sigue siendo una peli digna de ver. Sobre todo por lo que la sigue.
En cuanto a Terminator 2, pues nada, sigue siendo una peli genial, con un Schwarzenegger magnífico, una Linda Hamilton maravillosa, y una historia que probablemete sea lo mejor de todo el lío. Y los efectos especiales siguen siendo la leche. Es una de las mejores pelis de acción que hay, y aún mantiene el tipo. ¿En contra? Tal vez el lenguaje callejero-chuleta-noventero de John Connor, con frases tan pasadas como «date el piro» y «alguna que otra joya de ese calibre.
Y Terminator 3… bueno, si alguien esperó en algún momento que fuera capaz de superar a la dos, sin Cameron tras las cámaras y sustituyendo al ahora drogadicto Edward Furlong por el soseras de Nick Stahl… pues como que era un poco soñador. La peli se defiende, está bien, pero no puede competir contra T2. Aunque eso sí, la persecución de los camiones es para hacerle un par de reverencias al director, y e final es para levantarse y aplaudir al guionista. Gran giro final que, cuando uno lo piensa, no podía ser de otra manera.
A comernos las uñas hasta la llegada de Las crónicas.

¿Quién quebró la mariposa?

Hoy voy a hablar de Shattered. O de cómo ver todo tipo de películas te lleva a tragarte mucha mierda (alejaos de excrementos como I know who killed me, Skinwalkers o Dragon Wars… bueno, Adri, ésta te la puedes ver tu, es una peli americana hecha por un coreano que insiste en la mierda esa de que los coreanos pueden volar… señor, cuando creíamos que Tigre y Dragón era insuperable…).
Pero ver todo tipo de películas también te lleva a ver películas entretenidas, como The condemned (tipo El fugitivo, pero sin Schwarzenegger y con Vinnie Jones. Bastante más sosa que la de Arnie, claro, pero entretenida), y también te lleva a descubrir alguna que otra cosa interesante. El más claro ejemplo es, en series, lo que me pasó con Dexter. Y con películas, Shattered.
Shattered está protagonizada por Gerar Butler (el Leónidas de 300), Pierce Brosnan y María Bello. Cuenta la historia de un secuestro… pero un secuestro peculiar. Al menos a mi me sorprendió. Y a ver, no digo que la peli sea una obra maestra, pero sí que entretiene, y mantiene un ritmo elevado durante toda la película, despistándote, buscando que mires al televisor preguntándote qué coño quiere ese tipo, y todo para llevarte a un final que se puede llegar a preveer pero que está rodado con mucha, y digo mucha, eficacia.
Sinceramente, una película para ver y pasar hora y media disfrutando de buen cine de entretenimiento.

Terror

Quiero hablar de las dos últimas pelis que he visto en el cine. Las dos son de terror, y las dos me han gustado francamente. La primera de ellas, Rec, es una peli filmada como si fuera un documental de la tele, muy en el rollo bruja de blair, con la sobrina de Concha Velasco por protagonista. Cuenta la visita de un equipo de filmación a una estación de bomberos, la salida de estos a lo que parece un inmueble normal y que termina siendo un bloque infestado de zombies. Así a primeras parece absurda, pero lo cierto es que la película se disfruta porque está muy bien hecha, algo esperable de Balagueró, uno de sus directores (me perdonaréis que de Plaza, el otro, no hable, pero es que no he visto nada suyo), ya que fue el culpable de esa obra maestra que es Los sin nombre, aunque después hiciera esas mierdas que son Darkness y Frágiles, que aunque denotan su impecable trabajo, siguen siendo mierdas.
Rec está bien. Agobia, entretiene, hace reír, hace pasar tensión e incluso logra asustar en un par de ocasiones. El final es bueno, con esa aparición tan… increible… En fin, que yo la disfruté, aunque os doy un consejo, no vayais a una sesión infestada de crios. Uno se da cuenta de que eso del respeto es algo que ya no se enseña en las escuelas ni en las casas de nadie, amén de que te dan ganas de armarte con una buena recortada y liarte a tiros en plena sala de cine, a lo Un día de furia. Y te acabas preguntando por qué cojones no les prohiben la entrada a los menores de veintitantos…
En fin. La otra película es La habitación sin salida, una obra filmada con un look muy setentero, con una trama muy setentera, pero buenas intenciones. Tres actores y unos cuantos extras, unas cuantas localizaciones y hala, ya tienes película. Y aunque en principio parece que la idea no da para más que un corto, por contra a lo que suele ocurrir en estos casos, aquí el guionista y el director si que han sabido alargarlo sin parecer tediosos. Y logra entretener, con su escasa hora y media, haciendo que pase la película en un suspiro. Y tiene un par de buenos sustos, de esos que levantan un gritito al fondo de la sala. Sala que, gracias al cielo, estaba casi vacía y con un público mayor de treinta tacos… comentario que me hace ver que estoy haciéndome viejo. Que coño, no, soy un gran amante del cine y me jode que no me dejen disfrutarlo.
Y punto.