Perfume al límite

Hoy he visto dos películas. Dos películas que se basan en libros.
La primera de ellas, «Amar al límite», está dirigida por un hombre que después de rodar esta película allá por el 2001 no ha vuelto a hacer nada más. Y no porque la peli sea mala, porque no lo es.
Vaya, que tampoco es la mejor película de la historia, pero resulta entretenida. Quizá algo lenta para mi gusto. Adrien Brody está magnífico, lo cual ha terminado de convencerme de que este señor tiene dos formas de actuar: magnífica (vease esta o El pianista) y sosocomoelsolo (ahí está King Kong la primera).
Lo cierto es que se nota que la trama viene sacada de un libro, porque hay reacciones que uno no se explica en la película. Es de imaginar que en el libro estén mejor contadas. Y los diez últimos minutos a forma de epílogo de «dos años después» podrían haberlos dejado en la mesa de montaje…
Como curiosidad… que sale Pam Grier. La mujer que Tarantino intentó revivir con Jackie Brown y que antaño fuera diosa del blaxpotation (o como se escriba). La jugada no salió como con Travolta, desde luego…
La segunda película que he visto hoy ha sido en el cine. El perfume, historia de un asesino. Basada en el libro de igual título y que tiene el dudoso honor de ser el primer libro que estuve a punto de dejar a la mitad en mi vida. Por aquella aún tenía esa moral de no dejar ningún libro a medias. El perfume me pareció el libro más aburrido que jamás me había leído. Sigue pareciéndome el libro más aburrido que jamás me he leido entero, desde luego.
En cuanto a la película… bueno, aunque es lenta como el libro desde luego resulta algo más entretenida. En parte gracias a esa media hora en que aparece Dustin Hoffman para robarle protagonismo al personaje principal. Aparece, y por arte de magia uno no puede dejar de mirarle.
Pero la película adolece de lentitud. Durante la primera hora de película no ocurre nada, y cuando por fin llega a la parte donde se convierte en asesino, lo resuelven en apenas un ratito de película.
Eso sí, está muy bien ambientada y tiene una buena fotografía. Lo que yo me pregunto es por qué la gente se ríe nerviosa en el cine cuando aparecen muchos desnudos. Entre eso y las dos señoras comentaristas que teníamos detrás… Por lo menos no sonó ningún teléfono, y eso que estábamos en el Acteón, que es el cine con más maleducados por butaca que he visto en mi vida… y mira que me gusta ir a ese cine…

Con mucha clase

Daniel Craig supera sin dificultades el gran reto que suponía interpretar al archiconocido agente secreto 007. Está espléndido en una película que es sin lugar a dudas el mejor Bond desde hace tiempo. Y mira que a Pierce Bronan le pegaba el papel, pero sus guiones fueron terroríficos. De su etapa sólo salvo Goldeneye, y por los pelos.
Casino Royale viene a sumarse a esa moda en boga en Hollywood de regresar a los inicios de sus personajes. Lo hicieron con Batman, no del todo con Superman, y ahora llega el inglés James Bond.
Y lo hace de forma impecable, en una película entretenida y bien hecha, pero sobre todo, fantásticamente interpretada. De verdad, Daniel Craig hace un Bond fantástico.
La película inicia con un impresionante prólogo en blanco y negro que cualquier trailer reventaba, lo cual es una pena. Maravillosa la pelea en el baño. Luego llegan los títulos de créditos, con una música que no acabó de convencernos a Adri y a mi, para inmediatamente, saltar a una secuencia de persecución trepidante a lo yamakasi. Alucinante, vertiginosa.
La película tiene muchos guiños a la saga, como el momento en que Bond consigue en una apuesta el Aston Martín que después utilizará en numerosas ocasiones, y muchos puntos cómicos que no desentonan en absoluto. El mejor, Bond en casa de M hablando sobre el nombre de ella… y toda la secuencia, por otro lado espeluznante, de la tortura a que es sometido el famoso espía.
Toda la parte que se desarrolla en el aeropuerto es pura adrenalina y tiene algunos planos dignos de levantarse en el cine a aplaudir. Cuando termina esa secuencia, la película ya lleva una hora de metraje y parece la película con menos líneas de diálogo de la historia (aunque ahí están la de los monjes y la segunda de Bourne…). Entonces la película da un primer giro. Aparece el personaje de Eva Green y Bond se dirige al Casino Royale que le da título al film. A partir de aquí, el diálogo empieza a formar parte de la película. Toda esta segunda parte está marcada por la estructura de calma, acción, calma, acción que permite contar sin aburrir toda la partida de cartas, que de otra manera podría haber sido horrible.
Pero la película aún tiene que girar una vez más. La tercera parte es quizá la que más extrañado te deja al principio (a mi no, que ya me había visto la antigua y sabía lo que iba a pasar). Son casi diez minutos de romance antes de «la última batalla».
Lo mejor de la película es sin duda Daniel Craig. Y brilla sobre todo porque hace de Bond un personaje diferente a lo que estábamos acostumbrados, como si no le importara ser quien es. Y donde más brilla es en la secuencia de la tortura. Increible. De aplaudirle.
Buena película. Y encima, es de agradecer que por fin haya un malo en la saga Bond cuyo objetivo no sea el de siempre, o sea conquistar el mundo o destruirlo.

500 metros

El martes tuvimos la oportunidad de asistir a un pase de la obra «Mi vida gira alrededor de 500 metros», en el Teatro Centro Cultural de La Villa, en Madrid.
La obra, una visión sobre el maltrato a la mujer desde los ojos de una niña de nueve años, así como una fábula sobre las concepciones tan diferentes que puede representar esa distancia que suelen marcar los jueces como de mínimo acercamiento para el maltratador. Los 500 metros que dan título a la obra. 500 metros que son todo un mundo para la niña, apenas unos milímetros para la mujer, y un universo cambiante para el hombre.
La obra en sí puede resultar algo densa, sobre todo debido al tema, pero sobre el escenario se encontraba Eugenio Gómez, nuestro Eugenio, el mismo de Escombros y el Ortiz de 351. Haciendo de maltratador, en un papel intenso y duro que interpreta a la perfección. Un aplauso para ti, Eugenio, eres un actor como la copa de un pino.
Y también estaba allí una de las independizadas, María, que pronto entrará a formar parte del universo blaskimedioso.
Y Dani, que en el casting del otro día se alzó con el papel de Marcos para 351… Uno de los rivales de Ortiz…
En 500 metros estábamos todos, mira tu por donde.

En marcha una vez más…

Volvemos a la carga, una vez más.

Hace ya un año que surgió en mi mente la idea de escribir y rodar el piloto de una serie de televisión, con vistas a venderlo y conseguir que alguien muestre su interés por la serie. En compañía de Alex, y en ocasiones de Rodrigo, compartí varias sesiones de escritura de guión que en ocasiones se convirtieron en verdaderas batallas campales por defender ideas distintas. Menos mal que nos llevamos bien, que si no habríamos acabado sin hablarnos.
Una vez escrito el guión, comenzó lo dificil, la producción de un proyecto que parecía excedernos debido a algunas especificaciones técnicas requeridas. Bueno, nunca le hemos mostrado miedo al rodaje, así que nos lanzamos a ello. Por cuestiones económicas, de tiempo y de facilitarnos las cosas, decidimos grabar en tres bloques bien diferenciados, gracias a la trama.
El primero se grabó en Abril, en México.
El segundo se grabó en Junio en Madrid.
Y ahora nos vamos a por el tercero, también ubicado aquí en Madrid. Hoy hemos hecho el casting, y se ha presentado mucha gente, cuyo nivel me lo ha puesto complicado a mí, que soy el que tenía que elegir a unos y dejar fuera a otros. Estoy contento, porque el nivel del reparto es muy alto. Estoy muy contento porque lo que empezó como una semilla de locura en este macabro cerebro que tengo (eso dicen, yo pienso que no es tan macabro) está terminando de cuajar y cada vez más gente confía en el proyecto, no ya por actores que han depositado toda su fe en nosotros, sino también por el cada vez mayor y más eficaz crew que tenemos. Es un placer trabajar con gente tan dispuesta, tan interesante y tan eficaz.
Desde aquí, mi pequeño pero muy enorme de corazón agradecimiento a todos vosotros:
Alex, por acompañarme en este viaje a ninguna parte desde el mismo día en que te propuse una sinopsis deshilachada.
Alicia, por los ánimos, la disposición y el buen hacer. Da gusto tenerte cerca.
Eugenio, que es el único Ortiz posible, que confía tan ciegamente en nosotros que a veces hasta me lo creo yo 😉
Jer, por su sabiduría, sus aportes, su apoyo e interés.
Nacho, por ser una de las personas que me han acompañado desde aquel primer y terroríficamente patético corto que hicimos ya hace… joder, que viejo estoy ya… En frío… dios, que alguien guarde las copias en una caja fuerte y no las suelte jamás, por nuestro bien. Eso puede hundir reputaciones.
Todo el crew y el cast mexicano, que vale su peso en oro… (iba a hacer la típica y mítica broma quemapatense sobre el oro y los espejitos…)
Todo el crew y el cast español que nos ha apoyado en Junio.
Y a todos los nuevos, por aquello de haber confiado en un proyecto que parece una locura cuando se cuenta. Tamara y Tirso ya saben que lo de trabajar a buen ritmo conmigo es más que posible (esas clases de realización…) aunque para el piloto aún no hayamos trabajado juntos demasiado; Sergio, que está resultando ser la buena mano derecha cuya función va a realizar en el rodaje; Paula, que me ha demostrado una vez más que la vida es un pañuelo y que tiene, como poco, el coraje necesario de entrar a producir este tercer bloque de la serie, ahí, con dos cojones; y Cris, que da gusto trabajar con ella, por su interés, su entera disposición, y su confianza…
Y es que, joder, algunos confíais tanto en mi que ya me está hasta dando miedo. Y gusto. Y pánico. Y esa emoción que te sube por el estómago cuando sabes que la gente te apoya y te sientes orgulloso por ello.
Hala, ya estamos en marcha, y estoy orgulloso de toda la gente que me rodea. Y eso era lo que quería y tenía que decir.
Y que nos vaya bien bonito.

De ilusiones…

Supongo que es fácil atrapar al espectador en la pantalla cuando tienes un reparto encabezado por Edward Norton, Paul Giamatti, Rufus Sewell y la muchacha florero (que no actriz) Jessica Biel.
Pero al final se reduce todo a las mismas ilusiones que predica el protagonista de la historia. Todo es un truco, y semejante reparto de lujo no es más que un truco para enmascarar una historia típica y tópica carente del menor signo de ritmo.
La película empieza bien, para qué negarlo, pero tras una primera hora bastante entretenida, cae en un pozo de letargo del que ya no es capaz de salir. La segunda parte de la película llega a cansar, más aún cuando uno sabe perfectamente cómo va a terminar la historia desde casi el principio. Y ahí, ni siquiera el bienhacer de Norton y Giamatti consigue que el espectador sienta la mínima tensión.
La fotografía es excelente, con unos tonos marrones y un peculiar «ruido» cinematográfico que recuerda al cine de los primeros tiempos, efecto que además intenta resaltar su director mediante otros efectos, como la manera de cerrar o abrir algunos planos. La ambientación también es buena, trajes y decorados están cuidados al milímetro. Y la música, que acompaña en algunos momentos y en otros desaparece por completo para resaltar la tensión del momento, es bastante buena también.
Eso sí, uno sale del cine con la impresión de que le han intentado colar una película regular. Pero bueno, una cosa estaba clara cuando quise ver «El ilusionista»: Esta no es la película de magos de la temporada, ni tampoco lo será la nueva de Harry Potter. La película de magos de la temporada es la de Christopher Nolan, con Bale a la cabeza. Esa sí la estoy esperando con ganas.

Aprender a cortar

Lo de aprender a cortar no lo digo en el sentido en que uno podría aprender viendo pelis como «Saw», sino al sentido en que uno se pregunta por qué carajo alargan las cosas cuando no deben ser alargadas.
Saw, la primera y original, es una buena película. Tiene sus dosis de misterio, de suspense, de juego psicológico, algún que otro momento que puede dar miedo a aquellos que no están muy habituados a las pelis de miedo, un final impactante y algunos momentos que te hacen pasar tal grima que no sabes si quitar los ojos o seguir mirando.
Eso sí, nunca me gustó ese mal truco para no mostrar nada que utilizan en la saga y que consiste en, cuando va a ocurrir algo espantoso, ponen planos muy rápidos y muy cortos, con mucho movimiento y flashes blancos acompañados de sonidos de «terror».
Saw II ya fue una mala película. Que sí, que tiene sus momentos de angustia y de querer apartar la mirada (recuerdo sobre todo el hoyo de jeringuillas y el brazo atascado entre cristales), de las cuales sobresale por lo angustioso la escena de apertura de la película… con esa llave magistralmente escondida detrás de un ojo… con ese bisturí… y con esa nulidad narrativa, porque esa escena está metida ahí, como diría Adri, de clavoide. No viene a nada más que a hacer que la gente sufra un poco.
Pero es que ya la tercera parte se la han sacado de la manga. Aquí es cuando uno debe cortar. Si la saga no te da para más, no sigas, o si sigues por lo menos ten la decencia de admitir que es serie B y no engañes al personal. Menos mal que no me esperaba que fuera buena. Aquí las pruebas a las que someten al protagonista son absurdas (la de la escopeta la que más, pero vamos, la de los cerdos que alguien me la explique, menuda chorrada. Claro que ahora que lo pienso la del hielo… diosssss). Pero no es todo. La primera media hora de película podría sobrar. Luego te la intentan colar añadiendo algún flashback para hilar cosas, pero es que esta peli podría llevarse un premio a «Los flashbacks más innecesarios de la historia» (peleando con la tercera temporada de Lost, claro), y es que el primer flashback del protagonista en su casa con su hija aburre hasta a las butacas. Y los otros dos… pues sí, está guay que nos muestres de nuevo cosas de la uno, pero no aportan nada.
Y para colmo, esta tercera ni siquiera tiene grandes momentos de «grima». Vale, lo de retorcer al tipo ese es bastante desagradable, pero más porque lo piensas y lo oyes que porque muestren algo. El tobillo del hermano feo de Mark Whalberg también da grima. Y lo que podría haber sido una escena para el recuerdo de generaciones, que es la operación del craneo, la cagan por querer mostrar planos donde se ve el craneo y que todos podemos darnos cuenta de que es más falso que perry (lo siento, tenía que decirlo). Si esa escena la hubieran hecho dejando más planos de la cara del tio, hubiera acojonado muchisimo más. Hitchcock lo sabía: lo que más terror produce es aquello que no ves. Siempre que se haga bien.
Mala película.
Y entonces llego a «Heroes», esa serie que tanto está dando que hablar y que a mi me encanta. Y sí, me encanta, pero también sé admitir que los dos últimos capítulos han sido muy flojos, puros capítulos de transición mientras preparan lo que sea que quieren preparar con la cheerleader. Y a mi eso me putea. Hay cosas que deberían haber cortado (como se les ocurra hacer que la de la silla de ruedas también tenga poderes me cabreo, menuda subtrama más idiota esa, bastante con aguantar al Micah ese…)
En fin, Hiro Nakamura sigue siendo el rey indiscutible de la serie. Save the cheerleader, save the world.

Flashbacks

Entre yo y los festivos situados entre semana hay una relación de amor y odio. Los amo porque me permiten quedarme descansando en casa. Los odio porque son como los domingos, que no hay nada que hacer y nadie quiere salir y hacer algo. Un coñazo de día, vamos. Además siempre me da la neura de que es domingo y me pongo a buscar el capítulo diario de quevidamastriste inutilmente…
Esta semana el festivo cayó en Jueves, así que nada más despertarme conecté el azureus y puse a descargar el sexto capítulo de Lost, el último antes del gran parón que da la serie hasta Febrero.
Y después de los cinco capítulos tan flojos que hemos tenido hasta el momento, uno espera que esta despedida sea por lo menos de las grandes.
¿Por qué digo que el inicio de temporada es flojo? Porque después de esos cuatro primeros minutos asombrosos, el resto de los primeros cinco capítulos ha sido bastante decepcionante. Exceptuando las partes que hablan sobre Jack, Kate y Sawyer bajo custodia de «los otros», el resto es bastante basura. Lo que ocurre en la zona del campamento carece de interés. Pero sobre todo, y lo que es más importante: los flashbacks.
Sí, los flashbacks de Lost han pasado de ser un medio narrativo a un simple recurso de estilo, algo así como «es que en lost siempre hemos usado flashbacks, así que vamos a seguir haciéndolo». Antes los flashbacks te contaban algo, te introducían aún más en la historia. Pero los de esta tercera temporada no: Que si Jack tiene problemas con su mujer y su padre (guau, que novedad), que si entre la china y el calvo hay un rollito raro (guau, que novedad), que Locke está emparanoiado con el destino (guau, que novedad), que Saywer es un estafador pero tiene corazón (guauuu), que Ecko se enfrenta de cara a los problemas (guau) y en este sexto capítulo, que Kate es una fugitiva (vaya…).
Y no vamos a hablar de la manera tan cutre de introducir nuevos personajes e intentar que te caigan bien (y hablo de Nikki y el personaje de Rodrigo Santoro).
Atrás parece haber quedado esa gran segunda temporada que apuntaba muy buenas maneras.
Eso sí, Lost sigue teniendo una trama que engancha, unos buenos puntos de giro, y cosas interesantes. De ahí que siga viéndola. Y este sexto capítulo, que uno esperaba que fuera la bomba, empezó mal cuando me di cuenta de que el flashback era de Kate. Ya sabéis, es un personaje que me parece muy pesada y cuyos flashbacks me han parecido siempre de lo peor de la serie (sobre todo el de la segunda temporada, menos mal que sólo tuvo uno).
Eso sí, las escenas con Kate, Saywer y sobre todo con Jack son de las muy buenas, y el capítulo acaba con un muy buen clifhanger. Que sí, que bravo, que sabéis mantener la tensión y que sabéis hacer que el espectador sufra la tensión, muy bien por los guionistas… pero a ver si en Febrero vuelven con las pilas bien puestas porque esto está decayendo… y a este ritmo otra temporada no se aguanta.

Terrorismo cinematográfico

Ok, «El lobo» no es que fuera una gran película pero apuntaba buenas maneras. Era lógico esperar que la siguiente película de Courtois mejorara aquellos aspectos que fallaban en el filme protagonizado por Noriega.
Strike 1.
El trailer era malo, pero tenía dos escenas que volvían a apuntar maneras: la detención de un personaje por la policía francesa junto a unas vías de tren, y Jordi Mollá gritando por teléfono sentado en una cama.
Debía hacer caso de esa regla que suele ser cierta nueve de cada diez veces: «Si un trailer es malo, la peli es mala». Esa máxima casi nunca falla. A observar también que la viceversa no funciona con igual precisión.
Strike 2.
En realidad quería ver «Hijos de los hombres», pero llegué tarde así que decidimos entrar a ver Gal. Y en mala hora…
La película no es que sea mala, es que es peor. Está mal dirigida (hay planos que son para matar a Courtois); mal actuada (a Verbeke no te la crees, José García es de lo peorcito que he visto ultimamente, con esa forma de cantar todas las frases y decirlas igual, Mollá aunque impresiona sobreactua y a veces el acento vasco se le va a parla); mal fotografiada (hay saltos de luz que son dignos de cámara de gas, hay varios planos que se les va a el foco); y sobre todo, está mal escrita…
Y es que, mira que tenían historia, porque todo lo que ocurrió fue importante y daba para argumento de una película, pero el guión de esta película es un desastre. Y lo peor, la historia de amor metida con calzador, supongo que con la intención de que los personajes nos calaran hondo. Y que es imposible creer. Como en Pearl Harbour, la historia de amor no aporta una mierda, es aburrida, no interesa y encima no aporta tampoco nada.
¿Mollá? Pues sí, impresiona, pero ya he comentado antes que a veces sobreactua y se le va el acento. Sin duda es lo mejor de la peli, pero él sólo no la aguanta. Para la memoria una de sus frases: «Yo no he nacido del vientre de mi madre sino de los cojones de mi padre«.
Si podéis ahorraros el dinero que cuesta la entrada, hacedlo, porque GAL es una muestra perfecta de terrorismo cinematográfico. Y cuando sale de ver la película uno desearía que existiera un Gal cinematográfico que se dedicara a aengullir estos engendros.
Strike 3 y fuera.

El extraño universo Vegas

Hace muchos años que había oído hablar de Nacho Vegas, ex Manta Ray, supuesto gurú de la música independiente española, ocasional colaborador de Enrique Bunbury. Pero era uno de esos tipos que, sin haber escuchado nada suyo, me daba mucha pereza.
Cuando Enrique Bunbury decidió grabar un disco a pachas con Vegas no me quedó otro remedio. Y el resultado, ese Tiempo de las cerezas, me encantó. La parte de Nacho Vegas era lo suficientemente interesante como para incitarme a darle una oportunidad a sus discos en solitario.
Llevo un par de semanas escuchando esos discos y he llegado a la conclusión de que este hombre vive en un universo paralelo, al que te transporta con su música. Discos llenos de canciones largas, con una media de más de cinco minutos por canción, melodías tranquilas, voz rasgada, letras rotundas que son lo mejor de su producción… pero sobre todo ese aura de estar escuchando algo excesivamente personal.
Yo personalmente le he cogido gusto para escucharlo mientras trabajo, por esa sensación de calma que transmite. Actos inexplicables, Cajas de música difíciles de parar, Desaparezca aquí. Canciones inmensas como Gang Bang (cuatro putas que bailan un vals…), Baby Cat Face, El jardín de la duermevela (ven y fóllame), Al Norte del Norte, El hombre que casi conoció a Michi Panero, Actos inexplicables, Noches árticas…
Un placer.

Pensamientos

Esta no ha sido una buena semana televisiva. ¿Que por qué? Porque después de cinco impresionantes capítulos de Heroes, el sexto, que se emitió este lunes, es excesivamente flojo. ¿Sigue molando? Sí, está bien, pero ni punto de comparación. Es un capítulo de transición pura y dura. Flojito.
Y después, Lost. Que no se queje Loman que hoy lo aviso: vienen SPOILERS. Y es que empieza a resultar predecible lo que va a ocurrir. No siempre, porque la historia con Jack, Kate, Sawyer y los Otros está muy emocionante, pero a nivel de guión el capítulo 5 de esta tercera temporada empieza a sonar a «esto me suena». ¿O es que a nadie más le extraña que cada vez que hay un flashback meloso de un personaje éste muera en ese mismo capítulo? A mi me pareció muy flojo. Me lo vi venir y me pareció muy cutre. FIN DE SPOILERS.
Y a raíz de Lost y de lo decepcionante que me ha parecido este capítulo, me viene a la memoria el famoso artículo que escribió Stephen King hace ya unos meses. En él comentaba que cada vez le gusta más tragarse capítulos de series. Como a muchos. De sobra es conocida la aficción que King le tiene a esa serie que a mi me parece entretenida pero poco más y que es «Veronica Mars». De hecho, se rumorea que aparecerá como actor en la tercera temporada.
Pero King siempre ha defendido 3 series por encima de todas las demás:
– Los Soprano, esa ácida versión del mundo gangster que Gandolfini borda y que merece elogios allí por donde pasa. Es una gran serie que merece ser vista. King dice que supera a El Padrino. Scorsese dijo hace poco que ojalá hubiera existido Los Soprano hace tiempo para haberse podido inspirar en ella.
– 24. Coño, va a ser que King sabe de lo que habla, jejeje. respecto a 24, King escribió que le encanta por «su deliciosa improbabilidad, es tan imposible que existan desafíos como los que afronta Jack Bauer, que su encanto radica en el mismo que para las generaciones de antaño tenían seriales de cine como Flash Gordon o las revistas de historietas«. Y hablando de 24, que maravillosos dos trailers de la sexta temporada, y que increible que Callery pueda seguir reinventándose a sí mismo con la banda sonora. Dios, que ganas….
– Y Lost. Y aquí viene la polémica. Al poco de estrenarse Lost, King la alabó. Poco después, coincidió con JJ Abrams y éste le confesó que la estructura de la serie estaba creada en 3 actos, que correspondían a 3 temporadas (las que en inicio siempre fueron mencionadas). Por lo visto Abrams le contó a King todo lo que ocurriría en la serie Lost, y éste, fascinado, le tachó de genio y a su serie como obra de arte, llegando a decir «la mejor novela publicada por la industria editorial norteamericana en los últimos cinco años, la leo todos los martes a través del canal ABC«
Sucede que en Abril la cadena le ofreció a Abrams una larga cifra (se rumorea que tiene 6 ceros) por alargar la serie dos temporadas más, lo que obligaría a añadir hasta 15 personajes nuevos. La respuesta de Abrams fue que estudiaría la oferta. Y eso hizo que King enfureciera y cargara contra él en otro artículo. “Tienes en tus manos el germen de una mitología, no puedes cambiarlo por que te paguen más”. Textual.
Como Abrams no se dio por aludido, King amenazó con que si Abrams accedía a alargar la serie por dos temporadas más, rompiendo así con la estructura que ya estaba fijada, el propio King se encargaría de desacreditarle publicamente en todos los medios que tuviera a su alcance. “Si Abrams quiere ser artista”, dijo, “que lo demuestre y no se venda”.
Aquí nos puede sonar a idiotez, pero es que cuando King alaba algo en EEUU, ese algo sube como la espuma. Y cuando critica algo, a veces cae y a veces no. Stephen King, no lo olvidemos, es uno de los escritores que más han vendido en la historia, y eso, oye, tiene su peso. Yo de todos modos, habiendo visto el capítulo tercero y quinto de esta tercera temporada, espero que el sexto vuelva a subir y que el resto de la temporada, allá por febrero, se mantenga en alto. Y si no, estoy con King.
Mientras tanto, no nos olvidemos de lo más importante: Save the cheerleader, save the world.